miércoles, 28 de diciembre de 2011

CRISTIANISMO Y SEXUALIDAD


ELPUNTOGAY

Disfruta de tu sexualidad




Tercera parte


Cristianismo y sexualidad


El celibato en la Iglesia católica

Desde la Edad Media, la Iglesia Católica ha requerido formalmente que los sacerdotes y obispos sean célibes. Sin embargo, el celibato es una práctica y una disciplina cuyos inicios se remontan a los orígenes de la Iglesia, aun cuando previamente no se requería de todos aquellos ordenados como sacerdotes. En este contexto, el "celibato" no es sinónimo de "abstención sexual"; el «celibato» significa que alguien no está casado; implícitamente significa que el célibe practica la abstinencia sexual ya que la doctrina eclesiástica condena las relaciones sexuales fuera del matrimonio. La disciplina del celibato no se considera como uno de los dogmas infalibles e inmutables, no obstante, la doctrina católica sí indica que tanto la virginidad como el celibato, que se viven como abstinencia sexual, son dones y sacrificios más altos que el matrimonio, de acuerdo con lo que se lee en las Cartas de Pablo de Tarso y confirmado esto por el dogma en el Concilio de Trento. Por ejemplo, en algunos casos un ministro protestante casado o uno anglicano que se convierta al catolicismo puede ser ordenado sacerdote. En las Iglesias orientales católicas, hombres casados son a menudo ordenados como sacerdotes pero nunca al episcopado. De acuerdo con los Evangelios, San Pedro estuvo casado. San Pedro fundó la comunidad católica en Roma y se convirtió en su obispo.
El celibato sacerdotal incumbe directamente a los sacerdotes diocesanos y no a los sacerdotes religiosos que siguen el celibato monacal (cumplimiento del voto de castidad), que es mucho más antiguo. La historia del celibato sacerdotal obligatorio se encuentra dentro de la Historia de la Iglesia Católica o Iglesia Latina. Por su parte, la Iglesia oriental incluye el celibato sacerdotal como una opción que el presbítero hizo antes de recibir el orden diaconal, incluso en aquellos grupos de iglesias orientales en fraternidad con Roma. Algunas leyes empezaron a exigir el celibato sacerdotal entre diócesis de rito latino en tiempos tan tempranos como el siglo V y se hizo manifiesta en el Concilio de Letrán en 1123, aunque dicha regulación no fue seguida de manera estricta. Fue solamente hasta el siglo XVI, en el Concilio de Trento (1545-1563), que se estableció de manera definitiva el celibato sacerdotal obligatorio como se le conoce en la actualidad, en respuesta a la Reforma protestante que permitía, e incluso promovía, el matrimonio de los sacerdotes, al tiempo que suprimía las órdenes religiosas y sus votos.
Muchas razones se argumentan para que la Iglesia Latina llegase a optar por sacerdotes no casados. Destaca una relajación en los hábitos sexuales de los sacerdotes que intentaron regularse en los concilios de Maguncia y Augsburgo, así como se asegura que durante el Concilio de Constanza 700 mujeres públicas asistieron para atender sexualmente a los obispos participantes. Es posible que dicho desorden causara una decisión de este tipo con el fin de presentar en la figura del sacerdote a un pastor irreprochable. Otra razón que suele argumentarse es la de problemas de propiedad con sacerdotes casados cuyos hijos reclamaban todos los haberes de sus padres al morir estos, lo que incluía la parroquia.
En época reciente, la postura oficial del pontificado sobre el celibato se ha pronunciado en varias ocasiones, como respuesta a algunos movimientos católicos de renovación en torno al Concilio Vaticano II, y que plantean el celibato opcional, a veces con el desafío directo mediante la petición de secularización o la exhibición pública de curas casados o conviviendo con sus parejas.
A lo largo de la historia del papado se registran, varios casos conocidos de papas que, bien antes de ser elegidos o incluso durante sus respectivos periodos en el papado, tuvieron hijos, estuvieron casados o mantuvieron relaciones de índole sexual y conocimiento notorio.
Los periodos en paréntesis se refieren a los años de sus respectivos papados
·         San Pedro estuvo casado
·         San Hormisdas (514–523) estuvo casado y enviudó antes de ser ordenado sacerdote. Fue el padre del papa Silverio.15
·         Adriano II (867–872) estuvo casado antes de ser sacerdote, y tuvo una hija.
·         Sergio III (904–911) fue supuestamente el padre del papa Juan XI con Marozia. El escandaloso periodo que comenzó con él y continuó con los siete papas siguientes, hasta el año 935, se denominó Pornocracia.
·         Juan XII (955–963) (depuesto por el Cónclave) se dice que convirtió la Archibasílica de San Juan de Letrán en un burdel y fue acusado de adulterio, fornicación, e incesto.
·         Clemente IV (1265–1268) estuvo casado antes de ser sacerdote, y tuvo dos hijas.
·         Pío II (1458–1464) tuvo al menos dos hijos ilegítimos (uno en Estrasburgo y otro en Escocia).
·         Inocencio VIII (1484–1492) tuvo varios hijos ilegítimos.
·         Alejandro VI (1492–1503) sostuvo un amorío notablemente largo con Vannozza Cattanei antes de su papado, fruto del cual tuvo a sus famosos hijos ilegítimos César y Lucrezia. Una amante posterior, Giulia Farnesio, era la hermana de Alessandro Farnesio, quien después se convertiría en Pablo III. Los rumores en torno a la sexualidad de Alejandro VI son aún más fuertes —véase el Banquete de las Castañas. Tuvo en total siete hijos.
·         Julio II (1503–1513) tuvo tres hijas ilegítimas.
·         Clemente VII (1523–1534) fue probablemente el padre de Alessandro de Médici, a quien nombró duque de Florencia.
·         Pablo III (1534–1549) pospuso su ordenación como papa para poder mantener su estilo de vida promiscuo y tuvo cuatro hijos ilegítimos con su amante. Su apodo era "Cardenal Enaguas" ya que su hermana Giulia había sido la amante de Alejandro VI. Nombró a su hijo ilegítimo Pier Luís Farnesio como el primer Duque de Parma.
·         Pío IV (1559–1565) tuvo varios hijos ilegítimos.
·         Gregorio XIII (1572–1585) tuvo un hijo ilegítimo antes de recibir la ordenación papal.
·         Juan XXIII (antipapa). Elegido por el partido pisano al fin del Cisma de Occidente, admitió posteriormente haber incurrido en incesto, adulterio, fornicación y otros crímenes ("doscientas mujeres, matronas y viudas, incluyendo unas pocas monjas, cayeron víctimas de su brutal lujuria").

martes, 27 de diciembre de 2011

CRISTIANISMO Y SEXUALIDAD


ELPUNTOGAY

Disfruta de tu sexualidad






Segunda parte

Cristianismo y sexualidad


Iglesia Católica e Iglesia Ortodoxa

La Iglesia Católica afirma la santidad de toda vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural. Cree que cada persona está creada «a imagen y semejanza» de Dios, y que la vida humana no debería ser preterida por otros valores (económicos, preferencias personales, conveniencias, o ingeniería social). Por tanto, la Iglesia Católica se opone a las actividades que considera destruyen o devalúan la vida creada por Dios, incluyendo la eutanasia, la eugenesia y el aborto.
La Iglesia Católica enseña que el maniqueísmo (la creencia en que el espíritu es bueno y la carne es mala) es herética. Por tanto, no enseña que el sexo sea pecaminoso o impida una vida plena por la gracia divina. “Y Dios vio todo lo que había hecho, y vio que era bueno. Génesis 1:31
El cuerpo humano, y con él el sexo han de ser buenos. El catecismo indica que "la carne es bisagra de la salvación".
A pesar de todo ello, la Iglesia Católica enseña que la sexualidad fuera del matrimonio es un pecado, porque viola el propósito de la sexualidad humana al participar en el "acto conyugal" antes de estar casado. El acto conyugal "anima a una unidad personal más profunda, una unidad que, más allá de la unión en una carne, conduce a formar un corazón y un alma" (Catecismo de 1643) ya que el lazo matrimonial es un signo del amor entre Dios y la humanidad (Catecismo de 1617).
El Papa Juan Pablo II realizó su primera enseñanza principal sobre la Teología del Cuerpo. En el curso de cinco años mostró una visión del sexo que no sólo era positiva y abierta, sino que afirmaba que tenía que ver con la redención y no con la condenación. Enseñaba que el entendimiento del plan divino para el amor físico llevaría a los católicos a entender:
“el significado completo de la existencia, el significado de la vida... El cuerpo, él solo, es capaz de hacer visible lo que es invisible: lo espiritual y lo divino. Fue creado para transferir en la realidad visible el mundo del misterio oculto desde tiempo inmemorial en Dios, y ser signo de ello.”
El Catecismo de la Iglesia Católica indica que las relaciones sexuales en el matrimonio es "una manera de imitar en la carne la generosidad y fecundidad del Creador" y enumera como una de las "ofensas contra la castidad" la fornicación, que califica de "acción intrínseca y gravemente desordenada" porque "el uso de la facultad sexual, por la razón que sea, fuera del matrimonio es esencialmente contrario a su propósito".

lunes, 26 de diciembre de 2011

CRISTIANISMO Y SEXUALIDAD


ELPUNTOGAY
Disfruta de tu sexualidad




Primera parte

Cristianismo y sexualidad

En el cristianismo, a pesar de las amplias variaciones entre diferentes confesiones cristianas, que suelen específicamente incluir diferentes puntos de vista sobre la sexualidad, es posible trazar un cuadro general de la visión del sexo en la doctrina bíblica.
Las bases de muchos puntos de vista cristianos provienen de la idea de que la sexualidad humana fue creada por Dios con el propósito de la procreación y la intimidad que proporciona a una pareja sexualmente activa una relación íntima, emocional y espiritual, a través de la íntima relación física. De ese modo, el sexo debe restringirse a una relación de por vida entre un hombre y una mujer. El matrimonio es un compromiso a una relación íntima y permanente como base sobre la que construir una familia estable. Dado el énfasis en la función procreativa del sexo, las relaciones sexuales y los actos sexuales específicos que no conduzcan a la concepción son desaconsejados o expresamente prohibidos, por algunas confesiones cristianas.
Según las doctrinas y magisterios cristianos más extendidos, tanto entre católicos como protestantes, aunque con más énfasis entre los denominados «fundamentalistas» que entre los denominados «moderados», la sodomía (practica de coito anal) es un pecado, al no conducir a la procreación, y considerarse contraria a las intenciones de Dios para el sexo. No obstante, un pequeño número de iglesias y confesiones cristianas consideran moralmente aceptable la homosexualidad.
Los cristianos liberados argumentan que las antiguas enseñanzas contra el sexo prematrimonial y extraconyugal han sido tergiversadas a través de los siglos. De acuerdo con su lectura, el Nuevo Testamento no prohíbe las actividades sexuales de los no casados (I Corintios, 6:15-20).
Iglesias protestantes y anglicanas
En muchas iglesias luteranas, reformadas y "unidas" de la EKD en Alemania y Países Bajos o Suiza, y en la iglesia luterana de Suecia, se ha venido introduciendo un punto de vista diferente sobre la homosexualidad, en un sentido liberal. En estas iglesias luteranas unidas y reformadas, se permite a los homosexuales ser ministros luteranos o calvinistas, y las parejas gay son bendecidas en sus iglesias. También en algunas iglesias metodistas (Inglaterra, Canadá o Alemania) las parejas homosexuales obtienen tal bendición.
En la iglesia anglicana se ha venido manteniendo una prolongada discusión sobre la bendición a las parejas homosexuales y la tolerancia de la homosexualidad. Las iglesias episcopalianas (confesión anglicana) de Canadá y los Estados Unidos consienten sacerdotes gay en su ministerio y permiten las bendiciones de parejas homosexuales, lo que les ha acarreado grandes críticas de otras partes de la Comunión Anglicana. Las iglesias anglicanas de algunas zonas de África son extremadamente conservadoras en su actitud hacia la homosexualidad. Los sacerdotes gay en la iglesia anglicana deben permanecer célibes si desean continuar su función sacerdotal.
Entre las iglesias más liberales, como los unitarios o los cuáqueros, la homosexualidad está totalmente aceptada y normalizada. Además, en las iglesias unitarias de Estados Unidos y Canadá, los homosexuales también pueden acceder a la ordenación ministerial. Las iglesias liberales aprueban todo tipo de relaciones sexuales realizadas entre personas adultas y con mutuo consentimiento.
La mayor parte de las iglesias evangélicas, ven la homosexualidad como un pecado.
El sexo fuera del matrimonio se rechaza como comportamiento inmoral tanto por los cristianos denominados «conservadores» como por los denominados «fundamentalistas», en sus respectivas iglesias, sectas y grupos. La postura concreta varía desde la sugerencia de arrepentimiento al ostracismo total de los que hayan incurrido en tal práctica. En general, el cristianismo promueve el matrimonio, pero el sexo fuera del matrimonio y el sexo por placer son aceptadas como parte normal del comportamiento humano por algunas iglesias, sectas y grupos denominados «progresistas».
Algunas traducciones del Nuevo Testamento utilizan la palabra fornicación para una de las conductas que recibe más duras condenas: "Fornicadores, idólatras, adúlteros,... no heredarán el Reino de Dios". La palabra original en idioma griego koiné es porneia. Ese término griego se usa por algunas iglesias para incluir cualquier forma de conducta sexual no aceptada, y hay algún debate sobre su significado preciso, que en idioma griego clásico se refiere específicamente a la prostitución, teniendo el mismo origen etimológico que la palabra «pornografía» (literalmente, descripción o escritura de la prostituta). Muchos expertos traducen porneia como ‘inmoralidad’ más que como ‘fornicación’.