miércoles, 14 de diciembre de 2011

BUDISMO Y SEXUALIDAD

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Segunda parte

Hinduismo y sexualidad


Ética y moral sexual para monjes y monjas
El monacato budista supone una forma de vida muy estricta y disciplinada similar a la de las órdenes contemplativas cristianas. Respecto a la comunidad de monjes y monjas, se dice del propio Buda que pidió a los monjes y monjas que evitaran las faltas de castidad "como si fueran un pozo de ascuas ardientes". Las faltas varían en gravedad pudiendo significar la expulsión de la comunidad monástica.
Una enseñanza central del primer sermón fundacional de Buda es que no se deberían perseguir el placer sensorial en la búsqueda de la iluminación en lo que se incluye el placer sensual. Buda enseña que los placeres sensoriales no deberían perseguirse, desarrollarse o cultivarse, sino que deberían temerse" Buda afirma que la búsqueda de placer sensual como incompatible con la búsqueda de la iluminación:
Monjes, que alguien pueda tomar parte en los placeres sensuales sin deseos sensuales, sin percepciones del deseo sensual, sin pensamientos de deseo sensual, eso es imposible. Buda dio una guía muy estricta y disciplinada a los monjes, mientras que a sus seguidores laicos les dio unas indicaciones flexibles y abiertas.
No obstante, se pueden señalar dos excepciones en el clero budista y que ocurren dentro del desarrollo histórico del movimiento Mahayana del budismo varios siglos después. La primera es la del budismo tántrico o budismo Vajrayana, que incluyó la sublimación del deseo sensual como parte activa del camino a la iluminación asimilando la influencia del tantrismo hindú originario de Bengala y Gujarat. Las escuelas Vajrayana de Mongolia, Tibet o Bhután, que observan la existencia del lama , observan a menudo el matrimonio de los mismos. La palabra "lama" significa literalmente "maestro" o "profesor". Es el equivalente del sánscrito "gurú". Los lamas pueden ser tanto laicos como monjes. En el caso de que sean monjes, observan de igual modo la estricta regla del Vinaya la prohibición de actividad sexual, matrimonio, etc.. Mientras que cuando los lamas son laicos pueden entonces tener una normal actividad sexual, casarse y tener hijos.
La otra es la del budismo japonés, que a partir de la época Edo se integró en la vida política, económica y social de las comunidades, permitiendo la figura del sacerdote quien se podía casar manteniendo determinadas reglas. Las funciones del sacerdote suele ser la del cuidado de los templos y el servicio a las pequeñas comunidades locales. Este hecho es señalado por historiadores como relevante en la rápida pérdida de prestigio popular del budismo que ha llegado hasta la Era Meiji (s.XIX). No obstante el matrimonio de sacerdotes se ha seguido manteniendo totalmente instalado en la sociedad. En los últimos años algunas escuelas japonesas como la Rinzai han hecho esfuerzos para subrayar el carácter monacal de sus escuelas, y para que se distinga con claridad al sacerdote (laico) del monje (renunciante). Pero otras escuelas japonesas son totalmente laicas y no tienen monjes, por lo que es una situación compleja de generalizar y en donde el debate sigue vivo. En este debate además ha aparecido la nueva figura de la sacerdotisa casada y con hijos, un fenómeno creciente desde los años 90.
Ética y moral sexual para los laicos
Cuando Buda fue preguntado por laicos cómo era posible la observancia de un camino de purificación para el cuerpo estando fuera de la comunidad de monjes y monjas, Buda respondió que debía seguir un camino de tres vías: (1)abstenerse de tomar la vida de los seres y vivir con compasión hacia ellos (2)abandonar el robo, la apropiación de lo que no nos ha sido dado (3)no involucrarse sexualmente con alguien si esto daña el sentimiento de protección de un tercero hacia esa persona.
Mientras que en el budismo theravada tradicionalmente se tiende a subrayar el camino del monje para la conseguir la completa iluminación, dentro de la otra gran división del budismo, el mahayana, a menudo se subraya el camino del laico. El Sutra de Vimalakirti32 es la escritura fundacional del mahayana que supone la base principal que eleva la vida laica a las mismas potencialidades espirituales que la de los monjes. En este sutra se ejemplifica a un laico casado y con hijos que realiza la completa iluminación sin renunciar a su vida en el mundo. Así, en el budismo mahayana hay escuelas y tradiciones budistas en donde el monacato no sólo no está presente sino que están compuestas totalmente por laicos, como por ejemplo sucede en la que es la escuela budista más mayoritaria de Asia: la de la Tierra Pura, llamada Shin en Japón.
Los cinco preceptos que suponen la guía ética para los laicos son los siguientes:
· Tomo el precepto de respetar la vida.
· Tomo el precepto de no tomar lo que no me es dado.
· Tomo el precepto de tener una conducta sexual correcta (que no sea dañina con otros o conmigo mismo).
· Tomo el precepto de no hablar de manera dañina (mentir, rudeza, ostentación, cotilleo, charla vana).
· Tomo el precepto de no tomar intoxicantes (que alteren la mente y me pongan en riesgo de romper los otros preceptos).
Los preceptos son guías de observancia voluntarias. Los budistas deben analizar sus acciones y pensamientos según estos preceptos para comprobar su eficacia más que suscribir una lista de mandamientos. El tercer precepto, la conducta sexual incorrecta, ha sido comentado diferentemente por diferentes tradiciones y maestros budistas a través de la historia. A la luz de enseñanzas, comentarios y práctica personal, en último término es el individuo quien determinará como desarrollarlo más eficazmente para su práctica.
El sexo, de acuerdo con el budismo, no debería ser ni insanamente reprimido ni morbosamente exagerado. Siempre debería estar bajo el control de la voluntad, como lo está cuando se le contempla sanamente y se le sitúa en una perspectiva adecuada.

viernes, 9 de diciembre de 2011

BUDISMO Y SEXUALIDAD

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Primera parte

Hinduismo y sexualidad


Al contrario que otras religiones, en el hinduismo la visión de la moral sexual difiere ampliamente dependiendo de la rama en concreto. Los propios textos sagrados hindúes son muy vagos sobre el asunto. Hay templos que muestran abiertamente actividad sexual (complejos de Ajantā y Ellora) y la imaginería sexual no es sacrilegio (por ejemplo el lingam, símbolo fálico de Shivá), pero la auto-contención sexual (igual que en otros aspectos de la vida) se considera esencial para el bienestar y los deberes dhármicos/kármicos de un hindú.
La versión tantra del hinduismo es la que en sus aspectos sexuales ha sido vista con atención más morbosa en su divulgación en occidente, en lo que se denomina neotantra.
La vida religiosa de los hindúes comienza con el brahmacharia o estadio del estudiante, en la que son dirigidos a avanzar educativa y espiritualmente mediante el celibato, en su preparación para una vida posterior de dharma (deberes religiosos) y karma (acciones terrenales correctas); sólo una vez que alcanzan el grijasta (estado del padre de familia) pueden buscar el kāma (placer físico) y el artha (logros mundanos y prosperidad material) a través de sus vocaciones.
No obstante, en general la sociedad hindú ha sido influida por otras religiones desde la Edad Media, primero por la minoría dirigente islámica y desde el siglo XVIII por los colonizadores británicos (cristianos), que reflejaban sus actitudes mucho más restrictivas en cuestiones sexuales. Por otra parte, muchos hindúes actuales (especialmente en las grandes ciudades de la India o entre los emigrantes y las segundas generaciones asentadas en países desarrollados) han aceptado costumbres sexuales occidentales que en la práctica son más "liberales" que las hindúes tradicionales, como por ejemplo las relaciones prematrimoniales, los matrimonios por amor (el tradicional hindú es matrimonio concertado) y la homosexualidad y bisexualidad. Entre los elementos más tradicionales de la sociedad hindú, en cambio, tales conceptos siguen siendo anatemas.
La mayor parte de los hindúes que han adoptado la cultura occidental se adhieren a los estándares sexuales de la moralidad victoriana, que percibe como inmoral y vergonzoso el sexo extramatrimonial y prematrimonial. En la doctrina religiosa, la prohibición contra el sexo fuera del matrimonio está grandemente relacionada con los estadios hindúes de vida prescritos, que hay que seguir si se quiere alcanzar el moksha (concepto similar al nirvana budista, o ‘liberación del alma’.
Influenciado por el islam y la civilización británica, la ley india considera ilegal toda relación sexual distinta a la monogamia heterosexual. Adicionalmente, dado que no hay restricciones sobre ninguna actividad sexual en particular, se considera un asunto estrictamente privado. La mayor parte de los hindúes son extremadamente opuestos a exponer abiertamente cuestiones relativas a la sexualidad, mientras que las demostraciones públicas de afecto son consideradas de mal gusto.
El Kama Sutra (‘aforismos de sexo’) de Vātsyāyana, que se toma popularmente por un manual de posturas sexuales, ofrece una mirada hacia las costumbres sexuales, la moral sexual y las reglas sociales que prevalecían en la época de su composición (periodo Gupta, entre el siglo I y el siglo VI). Shringara-ras (‘atracción sexual: sabor’), es una de las nueve rasas (‘sabores’ o emociones). Un drama en sánscrito, el Shakuntalam de Kālidāsa, se cita como uno de los mejores ejemplos de shringara ras, narraciones de la historia de amor entre Dushyanta y Shakuntalá.
Budismo y sexualidad
El budismo observa dos enfoques para la ética y moral sexual dependiendo de si se dirige a laicos o a monjes. Los monjes y monjas están siempre sujetos al código del Vinaya sin excepción, independientemente de la escuela o tradición a la que pertenezcan, y están sujetos a más de 250 reglas de disciplina, entre la cuales existe la prohibición de toda actividad sexual así como de derramar semen en el caso de hombres).
Los laicos en cambio deben observar una guía de cinco preceptos éticos entre los cuales se incluye evitar una conducta sexual incorrecta. Esta prohibición se refiere a adulterio, pedofilia, violación y otras parafilias y conductas sexuales que conlleven el sufrimiento para otras personas o para uno mismo.
La segunda de las Cuatro Nobles Verdades budistas proclama que la última causa de todo sufrimiento es el apego y el deseo (tanha), y la tercera que el camino para eliminar completamente el sufrimiento incluye la eliminación de todo apego y deseo. El sexo es caracterizado tanto por el apego como por el deseo. Al ser su naturaleza impermanente, el placer sexual se inscribe dentro del resto de placeres mundanos, cuyo encuentro o desaparición siempre acarrea el lógico sufrimiento al no poder encontrarlo o no querer que desaparezca. El deseo sexual es normalmente uno de los más difíciles de manejar, si bien existe una acomodación natural al progreso del practicante. Así, de acuerdo a las escrituras budistas, en este punto el seguidor irá marcando su camino hacia el Nirvana por un progreso personal en cuatro fases o estados: en el primero de ellos llamado "de quien entra en la corriente" la persona tiene una primera realización del nirvana pero continuará teniendo deseo sexual, si bien no cometerá acciones dañinas. En un segundo estado llamado "del que vuelve una sola vez", la persona tiene una segunda realización del nirvana en más profundidad, tras la cual estará sujeto al mundo de la sensualidad una sola vez más. Sólo tras el tercer estado, llamado "de quien no retorna" la persona será completamente libre del deseo sexual al igual que de todo deseo mundano.