Disfruta de tu Sexualidad
Segunda parte
Islam y sexualidad
En particular, el adulterio
acarrea un severo castigo. Las relaciones prematrimoniales son consideradas
pecado. Todas las leyes de la sharia que regulan la conducta sexual se aplican
igualmente a varones y mujeres, excepto las que conciernen a la menstruación.
La mayoría de las formas de
contacto sexual están permitidas. El sexo se considera una actividad
placentera, incluso espiritual, y un deber. Al menos un hadiz (dicho) explícitamente
proclama que, para una pareja, tener relaciones sexuales está recompensado por
Dios. Otro hadiz sugiere que un hombre no debería dejar la cama proverbial
hasta que la mujer esté satisfecha, una expresión que muchos interpretan como
referida al orgasmo.
Los contactos sexuales
prohibidos incluyen el contacto genital con una mujer que esté menstruando. En
tal caso, se permite explícitamente otro tipo de contacto sexual, como el beso.
El sexo anal, sea dentro o fuera del matrimonio, está prohibido por la mayor
parte de los expertos coránicos. Otras formas de contacto sexual, como el sexo
oral no están prohibidas, y por tanto la mayoría de ellos las consideran
permisibles.
El matrimonio temporal
(mut'a, concebido para un período preestablecido) no está permitido por la
mayoría de los expertos suníes, pero sí por los shiíes, siendo su validez una
materia que continúa debatiéndose. Algunos suníes de Arabia Saudí participan en
Muta Misyar, contrato que tiene aspectos de matrimonio temporal, sin garantizar
la herencia a los hijos concebidos durante su transcurso. El tiempo de su
duración no es fijo.
Hay puntos de vista opuestos
sobre el tema de la masturbación. Mientras algunos expertos coránicos lo
consideran prohibido por la doctrina islámica, otros (como los de la doctrina
hanbali) creen que los que se masturban por temor de cometer fornicación o
temor de que su cuerpo haya hecho algo malo, no serán castigados si (y sólo si)
son incapaces de casarse.
La homosexualidad está
prohibida en el islam. Los actos de sodomía son explícitamente castigados con
la muerte de acuerdo con el siguiente hadiz: «Quienquiera que encuentres
haciendo el acto del Pueblo de Lot, entonces mata tanto al que lo hace como a
quienquiera que se lo esté haciendo». Los cuatro califas mantuvieron esta
regla, así como los compañeros del profeta Mahoma. La sodomía es un crimen
capital en Irán, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Yemen, Sudán y
Mauritania. Sin embargo, a pesar de la condena legal, la tolerancia efectiva de
las autoridades y las sociedades islámicas hacia la homosexualidad ha sido muy
variable a lo largo de los siglos y de los lugares. La literatura árabe
medieval muestra con abundancia que la homosexualidad masculina era tolerada,
por ejemplo, en la sociedad andalusí o la del califato abbasí, al menos entre
las clases altas, que son las que aparecen más reflejadas en las obras
literarias:
“Sobre la homosexualidad
masculina en el mundo árabe se ha escrito con frecuencia, llegando a considerarla
como algo propio. En opinión de Lévi-Provençal, para el andalusí de cualquier
medio y clase social el apego a la homosexualidad era casi congénita, y le
hacía alternarlo con la relación normal con la mujer.”
La poesía árabe de la Edad
Media es, tal vez, el mejor exponente de esta tendencia hacia el efebo
(adolecente), aunque no como motivo único; casi todos los casos aparecen
asociados a las fiestas, el vino y el hachís como deinhibidores de la
sexualidad de todo tipo. Tal tipo de fiestas eran organizadas por la alta
sociedad, en la que se incluían los coperos, que también eran hijos de familias
destacadas.
Cabría, entonces, hablar de
bisexualidad más que de homosexualidad o de un tipo de sexualidad que realzaba
la belleza sobre cualquier cosa, encarnada en este caso por el andrógino y que
supone la atracción hacia un ser que puede representar a ambos sexos, lo que
indica que el musulmán no excluía a ninguno en el ámbito erótico. Y ello, a
pesar de que la religión y la ley rechazaran tajantemente esta idea del ser
asexuado o poco definido sexualmente, porque supondría atacar directamente uno
de los pilares del Islam, el de la clara distinción de sexos.
¿Cómo pueden hacerse
compatibles ambas ideas? No debemos olvidar que en el Corán se incluye esta
dualidad efebo-mujer entre los placeres del Paraíso, aunque con el matiz de que
la bebida que se usa no está prohibido y que el tratamiento del efebo está más
cerca de una figura semiangélical, asexuada, que de un joven.
El lesbianismo apenas se cita en las fuentes. En algunos
textos se ha vinculado con las clases sociales altas y, dentro de ellas, como
algo propio de las mujeres más cultas y refinadas.
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